domingo, 21 de julio de 2013

Capitulo 503: Ruta: Cueva de Juan Caldilla.



Sin duda alguna que la ruta realizada hoy, era una de las que nos ha quitado el sueño en los últimos meses. Desde aquel primer día que hicimos la ruta de las mini-centrales y vimos a lo lejos la entrada de esta cueva, se nos metió en la cabeza a todos los miembros del grupo, el realizar dicha ruta.

Pero la ruta de hoy de fácil no tenía nada, es más, algunos creíamos que daríamos el paseo en balde, puesto que nos mosqueaba mucho, lo escarpado del terreno y la cantidad de piedras sueltas fruto de la erosión. Con todo eso, esta mañana a las siete en punto, siete miembros del grupo nos animábamos a realizar esta ruta. Hoy varios miembros se han quedado atrás y nos ha dado mucha pena a los que hemos ido, puesto que dicha ruta, aparte de lo dificultosa que es, merece mucho la pena hacerla.

Casi una hora después de salir de la plaza de Huertas, llegábamos al lugar elegido para comenzar la ascensión. No teníamos muy claro al principio por dónde empezar, puesto que nos daba igual mirar a un lado o a otro, por todos lados estaba muy empinado el terreno y la maleza abundaba por toda la sierra. Unos señalaban un lugar, otros señalaban otro, el caso que por una “verea” que se veía algo marcada seguramente que por los animales de la zona, hemos comenzado a subir.

Hoy sin duda alguna que no era día de llevar pantalón corto, los que le hemos llevado, al acabar la ruta llevábamos las piernas muy marcadas, fruto de la cantidad de “jaramagos” que había en la ascensión.
 Los primeros compases de la misma han sido muy duros, la “verea” desaparecía por momentos y teníamos que ser nosotros quien eligiéramos por donde seguir ascendiendo. Los siete íbamos a buen ritmo, en mitad de la ascensión nos hemos separado y antes de seguir ascendiendo, nos hemos esperado para juntarnos todos de nuevo. Estas rutas tan complicadas es mejor hacerlas juntos, de esa manera evitamos disgustos.

De los siete senderistas de hoy, tengo que mencionar obligatoriamente a la única mujer que se ha atrevido a venir. Mara es una mujer con los ovarios bien puestos. Seguramente que son pocas las elegidas que se atrevan a subir por donde hoy nos hemos encaramado. Ella disfruta como el que más y nunca se amilana ante ninguna adversidad. De la mano de su amigo J.F., va siempre bien escoltada.

Debajo de una encina nos parábamos a beber agua. Sabíamos que la cueva no debía de estar muy lejos de donde nos encontrábamos, pero al no ver la entrada, nos tenía un poco preocupados. Además que a partir de ese lugar, comenzaban los riscos y el paisaje cambiaba totalmente. Las vistas comenzaban a ser espectaculares y un cosquilleo nos recorría nuestros estómagos al saber que nos quedaba poco para dar con la cueva. El miedo que teníamos algunos era que al coronar alguno de estos riscos, el terreno se cortara verticalmente y las posibilidades de seguir ascendiendo se nos evaporaran. Por suerte no ha sido así y cruzando por mitad de un cañón espectacular, que bien podía ser escena de cualquier película del lejano oeste, hemos llegado justo debajo de la entrada a la cueva.

La preocupación se ha apoderado de nosotros al comprobar que la subida hasta la cueva era casi imposible. Algún miembro del grupo lo intentaba por la derecha, otros optábamos a hacerlo por la izquierda, lugar por el que hemos comprobado rápidamente que era imposible subir. El mejor escalador del grupo, ( Jose Fernando) ha tenido el honor de ser el primero en coronar. Los demás, nos lo hemos pensado mucho, puesto que por lo menos, servidor, no está muy ágil para estos menesteres, pero el pensar donde estábamos y lo que nos había costado llegar hasta allí, ha podido más que el miedo. Así los demás senderistas hemos seguido sus pasos hasta llegar a la cueva. La única pena que nos queda a todos es que nuestra mujer del grupo, no ha podido subir. La verdad que es peligrosa la subida y sin “aperos” para la ocasión, no merecía arriesgarse.


El ponerte delante de la entrada de la cueva y ver su interior es una sensación casi indescriptible. A mí me venían los recuerdos del último morador de la misma, el cual huido de la ley, moraba en dicha cueva. Juan Caldilla fue un maqui que encontró refugio en esta cueva. Sin duda alguna un lugar privilegiado desde donde se divisa una cantidad de terreno impresionante. Me imaginaba a dicho hombre subiendo y bajando por donde lo hemos hecho nosotros a duras penas.





En el interior de la cueva se dice que existen pinturas rupestres, nosotros después de explorarla de arriba abajo, no hemos encontrado ninguna. Lo que si hemos comprobado cómo había nidos de vencejo en su interior y algunas muestras de nidos antiguos de algún buitre, que por allí abundan en cantidad.
Después de permanecer unos diez minutos en la cueva, hemos optado por descender hasta el lugar donde nos esperaba nuestra compañera. Si subir se hacía difícil, bajar para mí ha sido de total acojono. Sin duda alguna que si voy solo hubiera hecho noche allí, pero gracias a mis compañeros que me han ido guiando, he sido capaz de alcanzar de nuevo el suelo, el cual he besado estilo “papa”.


Una vez colgadas las mochilas y después de elegir por donde bajaríamos, hemos comenzado el descenso, el cual por culpa del pasto existente y de la “pringue” de la jara, ha sido una aventura peligrosa. Creo que ninguno se ha librado de algún resbalón con su posterior culetazo, además de las rozaduras con arbustos y ramas.


 El terminar dicho descenso tenía como premio el bañarnos en la presa de la garganta de descuernacabras, la cual no conocíamos hasta la fecha, pero gracias a un buen amigo que nos explicó donde estaba, nos ha sido muy fácil dar con ella, puesto que hemos acabado el descenso de la cueva justo delante de la ”verea” que lleva hasta el charco.

El agua estaba algo fría, pero para nosotros que íbamos ardiendo después de las dificultades que habíamos pasado, nos ha sabido a gloria dicho baño. Además que si después de bañarte tienes la oportunidad de poder compartir las viandas de todos los domingos, no se podía pedir más al día de hoy.
Sin lugar a dudas que la ruta de hoy quedará en nuestras memorias para siempre. Podremos decir que nosotros estuvimos en dicha cueva un día de julio del año dos mil trece.


Al finalizar el baño y el rato del bocadillo, hemos emprendido la marcha hasta los coches que por suerte, no habíamos aparcado muy lejos del lugar. A esta hora todavía tengo en mente lo vivido hoy y me siento orgulloso, de que junto a mis amigos del grupo, sabemos apreciar las maravillas que esconde nuestra tierra y que seguiremos muchos años más, conociéndola a fondo.


Extremadura es impresionante y aquel que lo dude, que venga y compruebe que a nadie se engaña…

6 comentarios:

  1. ¡Impresionante! ¿tenéis el track de la ruta?. si fuera así nos gustaría que nos lo enviarais.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo sentimos mucho, ha sido la única ruta en la que no hemos llevado gps ni nada por el estilo. Un saludo.

      Eliminar
  2. Amigo Marcos, ya hace muchos años un total de once, nosotros tres y concretamente con nuestro hijo que por entonces tenia cinco años decidimos realizar dicha ruta y la terminamos con éxito abordándola desde el camino del Robledillo, ascendiendo por la Calva de de frente a la entrada de la Cueva. El regreso lo realizamos cresteando la sierra en dirección a la carretera de Campillo, concretamente en lo alto del Collado del Puerto. Esta es la mejor opción y más cómoda para ir a la cueva. Además la ruta la dejamos marcada con hitos de piedra que perduran con el tiempo, ya que solemos realizar dicha ruta casi todos los años por su gran belleza. La mejor fecha es en primavera antes de que los Buitres empiecen a anidar en el roquedo.
    Os recomiendo otra ruta con mucho atractivo entre Castañar de Ibor y Fresnedoso de Ibor es la de los Canchos de Vadillo, espero que si la realizáis os guste.

    ResponderEliminar
  3. Apuntada queda para este otoño o primavera. La verdad que tenemos ganas desde hace tiempo de ir a Castañar, donde nos han hablado maravillas del paisaje de por allí. Gracias de nuevo.

    ResponderEliminar
  4. Hola.mis padres son de Campillo de Deleitosa,y siempre es muy comentada esta cueva en el pueblo,ya què varias personas en su dia,subieron.Yo la conozco desde lejos de pequeño,ya que mis abuelos siempre me hablaban de ella.(Nunca la escale, pero he estado en la central electrica què hay cerca, què en su dia funciono.Una ruta muy bonita y espectacular,mi padre si ha estado dentro,saludos

    ResponderEliminar
  5. No he visitado nunca la cueva. Pero cuenta que esa sierra la tengo que patear.
    Buen reportaje.
    Un saludo desde Cañamero
    Juanma

    ResponderEliminar

Capitulo 1015: Finde en Nerja.

  Había ganas de volver a juntarnos con los amigos de las excursiones, que a más de uno solo vemos cuando nos montamos en el bus. Y es que s...